Esta creación representa con asombrosa fidelidad y detalle la figura de los agerridos gladiadores. Guerreros que defendían su vida combatiendo contra ellos mismos o contra peligrosas fieras, para entretemieniento del pueblo romano. Esta escultura reclama la existencia de unos hombres que defendían su vida con honor y entereza, a pesar de las circunstancias que les tocó vivir. Elaborada en porcelana negra se ha decorado con esmaltes cobrizos, pavonados, y negros con efecto metalizado, combinados con el lustre de plata envejecida para la armadura. El escudo está pintado con lustre negro con efecto mármol y el casco también está decorado con lustre de plata envejecida. La espada, que casi parece metálica, también es de porcelana. Además, para cubrir su rostro se ha creado una máscara metálica que se puede quitar y poner gracias a un ingenioso sistema de imanes. Una obra sin igual, imapactante por su tamaño y tratamiento escultórico.